domingo, 4 de marzo de 2018

Pinona Hernández, la heroína del coser con más de 50 años de felicidad profesional.



Como bien es sabido el Día Internacional de la mujer trabajadora se celebra cada 8 de marzo  desde que en 1975 la ONU decide institucionalizarlo, y conmemora la lucha de la mujer  por su participación en pie de la igualdad con el hombre, la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
En Canarias celebramos este día en cuanto las tradiciones se refiere, conociendo la vida de las mujeres que  han trabajado  duro en pro de nuestras tradiciones haciendo de ese trabajo su forma de vida. Muchos de esos oficios están a punto de extinguirse, ya que la sociedad actual no está por la labor de inmiscuirse, sobre todo, en trabajos de proceso artesanal.

La mujer que vamos a conocer hoy es Pinona Hernández Suárez, que nació en la ciudad grancanaria de Arucas el 18 de noviembre de 1953 en el seno de una familia humilde y trabajadora, como la gran mayoría de las familias de aquella época.
Con doce años de edad  a pesar de que su padre la obligaba a estudiar decide dejarlo, por lo que rápidamente tiene que emplearse en algún oficio  para poder ayudar en la economía familiar,  ya que cualquier ayuda monetaria era poca. Su primer empleo tuvo que ver con la gran trayectoria profesional que ha tenido y que ha girado en torno al corte y confección.
 Ese primer empleo al que hacía referencia no era otro que  el coser medias. Antaño las medias eran muy caras y cuando se le saltaba un punto había que llevarlas a reparar, cada hebra valía una peseta. Pinona para poder acometer ese trabajo ya tenía su primera máquina, que le compraron para poder reparar las medias.
Con 15 años se da cuenta que lo de ella es la costura, así que amplia su cometido. Su madre con el dinero que ella había ganado con la reparación de las medias lo invierte en comprarle otra máquina de la casa Alfa, pero en aquella ocasión era para bordar. Según cuenta Pinona cuando comprabas la maquina venía un curso de regalo, con ese curso aprendió a bordar en Arucas. Gracias a la formación recibida amplió su oferta y le llegaban encargos de vecinos y conocidos para poner las iniciales de los nombres en los ajuares de bodas: sabanas, toallas etc...
Con 17 años adquiere mediante formación reglada el titulo en corte y confección. Como su casa es grande tuvo la oportunidad de poner una mesa enorme y reunirse con amigas y vecinas que acudían a su domicilio para que Pinona las enseñara en los cursos que impartía, tal era el reclamo de aquella época que llegó a tener hasta 20 jóvenes muchachas aprendiendo, las cuales  acudían todos los días, ya que no había otra oferta de ocio y entretenimiento; las chicas muy entusiasmadas se elaboraban vestidos, pantalones, chaquetas, etc.  Los cursos los impartió durante años hasta que la vida se fue modernizando y la figura de la mujer adquirió un papel relevante en la sociedad y la costura pasó a segundo plano. También  ha tenido la oportunidad de dar cursos para la federación de agrupaciones folclóricas de Gran Canaria. En la actualidad también en  su casa da clases de corte y confección donde también hay dos hombres aprendiendo.


Pinona ha cosido todo tipo de prendas para eventos tan importantes como bodas elaborando trajes de novias, madrinas, damas de honor etc... También la confección en el carnaval ha estado presente en la vida laboral de Pinona ya que desde 1983 y durante 20 años fue la modista de la  afamada e importante formación carnavalera Los Nietos de Kika, aclarar que los disfraces elaborados para Los Nietos de Kika por Pinona no adquirieron ningún premio, ya que las afilarmónicas no concursan.
Ha formado parte en múltiples ocasiones del jurado de disfraces del concurso de murgas de Las Palmas de Gran Canaria. Pinona dice que ella se ha fijado siempre en el corte y confección, que  cada persona es un mundo y  que el disfraz debe ser personal.

No se le caen los anillos a la hora de reconocer que ha rechazado trabajos cuando ella ve que lo que le piden no está al alcance de sus conocimientos, sobre todo en materiales nuevos, de hecho este mismo año rechazó hacer una gran obra ya que consideró que iba a estar en un lugar muy visible y que  se iba a deslucir.
Desde hace más de veinte años está ligada a la confección de ropa tradicional, se confiesa una gran amante de la ropa tradicional pero sobre todo de las cosas bien hechas.
Su primer gran compromiso en cuanto a tradiciones se refiere  fue hacerle la vestimenta a una de las agrupaciones más importantes que nació en Arucas en la década de los años noventa del pasado siglo XX, como fue  Enac dirigida por Manolo Pérez. Este trabajo contó con la asesoría  de Jorge Guzmán y Mari Pino Alemán, ya que el conocimiento de costura y patronaje lo tenía y le faltaba solamente conocer todo lo relacionado con la vestimenta tradicional de Canarias.
Muchos son los lugares de Canarias donde han llegado sus confecciones, en islas como Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote y La Gomera e incluso en Nueva Orleans,  en el museo de los isleños están las confecciones de Pinona. En ocasiones se ha negado a hacer ropas a posibles clientes por no ser ortodoxos en los modelos que quieren llevar.
Recuerda con añoranza a José Antonio Pérez Cruz “Teno”, al cual lo cataloga como el padre de la vestimenta de Gran Canaria. Tras el fallecimiento del etnógrafo muchas son las cosas mal hechas  que se ven ahora.
Pinona la cual es un culo inquieto, ya que le gusta mucho descubrir cómo se hacen cosas que nunca antes se han hecho. Una de sus últimas confecciones ha sido la montera de mujer de Gran Canaria, en la cual ha trabajado duro para intentar plasmar lo que había en la lámina a la realidad, lo más que le costó fue darle forma a la punta de la montera. En ocasiones es complejo transmitir lo que hay en el dibujo a la realidad, por lo que hay que trabajar mucho y madurar muchos aspectos .
También echa de menos la materia prima, como por ejemplo la lana del país, a veces no puede realizar algunas prendas por falta de materiales adecuados para poder acometer el proyecto.
Otro de los placeres que tiene es bailar, de ahí que en su casa se hayan hecho hasta cuatro vestimentas diferentes para el grupo de baile Los Cabuqueros, vestimentas que todo el mundo tiene que ver con ellas, sobre todo en los lugares a los que han viajado. Los miembros del afamado grupo de baile pasan las tardes-noches en el taller de Pinona confeccionando las ropas para el grupo. Tal es el reclamo de las vestimentas, que han sido expuestas en centros comerciales, ayuntamientos, jornadas de etnografía, etc.
Tras más de cincuentena años de actividad Pinona se siente muy feliz con su profesión, le gusta mucho coser de noche; cada día después de realizar las labores domésticas dedica varias horas a coser, dice que se olvida del mundo y desconecta de la rutina diaria, además que seguirá cosiendo hasta que su cuerpo aguante, ya que es su forma de vida.

Tras más de cinco décadas de actividad continuada podríamos decir que Pinona ha dedicado su vida al corte y la confección, ha aprendido a amar lo que hace, y por su puesto lo ha sabido compaginar con su vida familiar y de ocio, que en muchas ocasiones no es nada fácil. Me atrevo a catalogarla como una heroína del corte y la confección, ya que sin duda alguna es una mujer muy versada y eso la hace ser una modista con clase.
Otro de los aspectos que tengo que destacar es su gran afán por trasmitir su sabiduría a otras personas más allá de los cursos que imparte, no tiene problema en resolverle cualquier duda a las personas que la llaman por teléfono, ya que considera que hay que fomentar el uso correcto de la vestimenta.
Vaya nuestro pequeño reconocimiento para esta gran mujer que ha trabajado duro,  pero sobre todo porque ha sido feliz con su trabajo, además de hacer felices a muchos otros con su buen hacer. En estos próximos días se conmemora el día internacional de la mujer trabajadora y este es nuestro pequeño homenaje para Pinona.
 Felicidades tanto para ti como para todas las mujeres que trabajan duro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario