jueves, 24 de noviembre de 2016

Fiestas populares en familia cuando llega el final de noviembre en honor a San Andrés

El mes de noviembre casi toca su fin, lo cual quiere decir que en breves días llegarán las celebraciones navideñas del pueblo canario, con sus múltiples y variadas representaciones que tienen lugar en nuestras islas, todas ellas con el mismo objetivo, que es el de rendirle honores al mesías prometido.
Antes de que los canarios se metan de lleno en la celebración de la natividad de Jesús, el treinta de noviembre se celebra la festividad de San Andrés, una fiesta que en diferentes lugares de nuestra tierra canaria se vive en familia, y digo en familia ya que hay actos para todos los gustos y edades,  donde la más exquisita gastronomía y las fiestas populares en las calles de Canarias forman parte esencial de la tradicional festividad de este Santo tan peculiar.
Antes de pasar a conocer las diferentes manifestaciones que alberga la festividad de San Andrés en nuestro archipiélago, vamos a conocerle.
Hay varias reseñas históricas que hablan de la relación de San Andrés con las manifestaciones que tienen lugar, pero otras hablan de solo darle el apellido de San Andrés a las fiestas. Se dice que San Andrés, en lo que a la religión se refiere, era cojo, llegó bebido y lleno de cacharros a finales de noviembre y no el primer día de noviembre como todos los santos. Otros afirman que el santo se trincó tal tiempla  que se quedó dormido y hubo que despertarlo con el ruido de cacharros que los menudos  le habían colgado de su atavío. Algunos  sacerdotes sostienen que hay unos lazos de unión  en cuanto al martirio del santo se refiere, el cual fue degollado y arrastrado.
Otras teorías hablan  de la extinción de plagas de langostas o cigarras, ya que el ruido de los cacharros hacían que  se ahuyentaran, teoría bastante locuaz y cierta, ya que en Gran Canaria, en lo que se refiere al Voto de Bergara en Santa María de Guía, las cajas de guerra fueron la base para hacer ruido y extinguir la plaga de langostas que azotó el noroeste grancanario en 1811. Otra de las hipótesis habla de una festividad asociada al vino y a los bodegueros en la isla de Tenerife, ya que por ejemplo en El Hierro se abren las bodegas en la festividad de todos los Santos o en la isla de La Palma el 11 de noviembre con la festividad de San Martín.
Aprovecho para dejar esta copla tan popular en la isla corazón:


San Martín
tirín tintín
fuego a la castaña
y mano al barril

 
Por todo lo anteriormente expuesto hay quien sostiene el argumento que se trata de una clara institucionalización  de esta festividad tan peculiar en Canarias.

Ya lejos de la parte institucional que pueda tener cualquier acto que hoy se celebra en los diferentes lugares de Canarias, hay que decir que las fiestas son del pueblo y es la gente llana y sencilla la que ha podido cuidar, mantener, divulgar y transmitir estas fiestas tan arraigadas a los rasgos característicos que nos identifican como pueblo.
A continuación voy a darles a conocer algunas de las fiestas más populares que se celebran en Canarias.
Las Tablas de San Andrés. Esta celebración es una de las manifestaciones que podemos decir que son las que llevan el apellido San Andrés, ya que no tiene ninguna relación histórica con la festividad del Santo. Cabe apuntar que el apellido le viene, según cuentan algunas reseñas históricas. ¿Cuándo se celebran las tablas? “Por San Andrés”, se debía decir en la calle; en lugar de decir "el 30 de noviembre".   Con este dato histórico se puede ver el gran papel que jugaba en la sociedad la Iglesia en tiempos pasados, de tal forma que todo giraba en torno al clero. Según cuenta la historia, a lo largo del tiempo han sido muchas la invenciones en torno a esta fiesta con tal de darle una vinculación religiosa, que sin embargo nunca ha cuajado en la festividad del municipio tinerfeño de Icod de Los Vinos, por lo que  podemos afirmar que la fiestas del pueblo es el mejor procedimiento  para ligarlas a la religión establecida de cada sitio.
Una vez dicho esto, tomas más valor aun si cabe, si decimos que en Icod no se celebra ningún acto religioso que tenga que ver con San Andrés. Apunto alguna sugerencia  que me ha transmitido algún vecino de Icod en determinadas entrevistas realizadas por mí en cuanto a la festividad de las tablas se refiere: “lo correcto puede ser  llamar a esta tradición "Las Tablas de Icod de los Vinos", por ejemplo, o "Las Tablas del 30 de noviembre", pero el boca a boca le sigue dando por ahora el nombre que tiene. Es cuestión de que la gente, sobre todo los más pequeños, vayan entendiendo el sentido de la fiesta y le vayan corrigiendo el nombre con el tiempo, por interpretar y vivir la cultura de su entorno correctamente. Da igual cómo llamen a esta tradición las instituciones o la prensa. Es una fiesta del pueblo y de nadie más, no es de la Iglesia ni de ninguna institución. Es una fiesta de la gente, que ha surgido como fruto de su esfuerzo y de su capacidad para salir adelante por sí misma”.
La parte histórica de esta fiesta no la podíamos obviar, ya que esto nos ayudará a darle un sentido histórico y festivo a esta tradición. De las tablas de Icod debemos destacar dos peculiaridades: la primera, su vinculación con la cultura del vino y, la otra, el entorno geográfico donde tiene lugar la fiesta.
El punto más alto de nuestras islas lo encontramos en Tenerife, donde el padre Teide gigante se alza a casi 4000 metros de altitud, de ahí  las grades pendientes que se pueden encontrar en la isla picuda, por lo que Icod de Los Vinos es uno de los municipios que la orografía  típica del norte de Tenerife destaca por  la variedad de pendientes que se puede encontrar en él, desde su zona alta hasta el mar.
La cultura del vino en la ciudad del drago es muy querida y destacada, tras la llegada y el asentamiento de los castellanos a Canarias, la cultura del vino se propagó por toda la geografía isleña. La buena elaboración del producto convirtió a Icod en uno de los municipios que más litros de vino exportaba hacia América y Europa, de ahí que Tenerife se convirtiera en la principal productora de vino de Canarias en el siglo XVII. Tal ha sido la vinculación histórica del vino en Tenerife que en la actualidad posee seis D.O. (denominación de origen), siendo la isla que más tiene.
Para los bodegueros  era usual  transportar las pipas  vacías desde las medianías hasta la costa, parta proceder a limpiarlos con agua salada. Al no poseer, por aquel entonces, de medios de transporte adecuados, los toneles se trasportaban  cuesta abajo, ya fuese rodando o sobre unas tablas. De este modo las maderas se deslizaban camino del mar.
Se puede llegar a la conclusión de que los que bajaban estas pipas hasta el mar, viesen en las tablas una distracción , sobre todo los más jóvenes, ya que  ellos iban subidos a las tablas donde se trasportaban las pipas, o sobre las suyas propias, tomándose de esta manera la tradición de la limpieza de los toneles  como una cita fija en el calendario para la diversión.
Cada 30 de noviembre en Tenerife se estrenan las pipas del vino nuevo de la temporada que coincide, como ya hemos dicho, con la festividad de San Andrés. En el norte de Tenerife, en Icod, se pasan unos días en familia para todos los gustos y edades, como la apertura de la primera botella del vino de la nueva temporada, concursos, talleres y el arrastre de las tablas, que sin lugar a dudas es el escaparate festivo de Icod.

Las tablas no tiene una edad propia para su disfrute, ya que desde muy temprana edad los menudos forman parte de este arte, pero que junto a los mayores hacen las delicias, unos por la adrenalina que supone lanzarse y otros por los recuerdos que llegan de algunas décadas atrás cuando eran niños. Las numerosas calles empinadas  de diferente inclinación se vuelven el escenario perfecto para el disfrute de todos.
La tabla se ha convertido en un artilugio personalizado, ya que muchas son las peculiaridades que hoy día se pueden observar, como asas para mejor conducción y transporte, un cojín para ganar confort, algunos decorados con diferentes alegorías, etc..., pero un elemento que sigue siendo de obligada instalación es el apoya pies, ya que ayudará a no salirse de la tabla hasta llegar al final de la cuesta, donde aguarda una montaña de neumáticos tan grande como los usuarios deseen.


Como marcan los cánones, la tabla debe de ser de tea y para un mejor arrastre se la embadurna con cera o cebo. Es evidente que a medida que el arrastre sea mayor,  mejor será el deslizamiento de la misma. Tan creativa  es la imaginación de los  participantes que  para divertirse más durante el recorrido no se conforman con la gran velocidad que adquieren en la bajada, sino que incluso hacen piruetas encima de las tablas, se lanzan dos personas en una misma tablas,  o incluso preparan un tablón de grandes medidas para el deslizamiento de varias personas en simultáneo.
Los días 29 y 30 de noviembre, es cuando Icod se convierte en la capital ocasional de las tablas. Durante todo el mes los jóvenes toman las calles con el tráfico de vehículos, donde los conductores colaboran en la convivencia ocasional de compartir las calles con las tablas. La organización entre los más jóvenes funciona a la perfección ya que se organizan para no sufrir ningún accidente, la vecindad es participe de esta manifestación y dan donativos para la creación de tablas. En los dos días de la festividad de las tablas, las calles están reservadas para la festividad, donde la calle de El Plano se convierte en el epicentro de la festividad, congregando a un destacado número de personas, unas como público y otros como participe.
Tal ha sido el calado social  en Icod de Los Vinos que el Ayto en noviembre  del año 2006 inauguró el monumento  “Icod, al arrastre de las Tablas de San Andrés” fue inaugurado el 30 de Noviembre de 2006, ubicado en el lateral de la Casa de los Cáceres. Es una obra del artista natural de Sotillo de la Adrada (Ávila) y afincado en Icod de los Vinos, Javier Huerta. Se trata de una escultura en hierro forjado, material con el que trabaja habitualmente, que representa el arrastre de las tablas, y que plasma la postura habitual que se adopta sobre una tabla yendo cuesta abajo a toda velocidad. Queda así plasmada la tradición de forma permanente a modo de monumento de referencia que los turistas podrán reconocer a su paso por el municipio.

Correr el cacharro.  Una tradición que si tiene que ver con la festividad de San Andrés en la isla de Tenerife, ya que si miramos la similitud de cómo se celebra esta manifestación Se dice que San Andrés, en lo que a la religión se refiere, era cojo, llegó bebido y lleno de cacharros a finales de noviembre y no el primer día de noviembre como todos los santos. Otros afirman que el santo se trincó tal tiempla  que se quedó dormido y hubo que despertarlo con el ruido de cacharros que los menudos  le habían colgado de su atavío. Por lo que podemos afirmar que aquí ya no se trata de darle un apellido a esta fiesta que se celebra con más auge  en dos de los municipios del Valle Taoro, como son; La Orotava y Puerto de La Cruz, sino, que tiene una conexión directa con la historia del Santo San Andrés.
Una celebración que nos tendríamos que remontar para conocer su origen  a finales de la década de los  70 y los años 80 del pasado siglo, para recordar su máximo apogeo,  que tras un periodo de poca participación y difusión de esta peculiar manifestación, en los últimos años está volviendo a tener bastante participación ya que se ha hecho un trabajo en los colegio con  los  menudos, además de la asociación cultural  La Escalera en La Orotava  y la recuperación del lugar de origen de la tradición en torno a la conocida Plaza del Charco en el Puerto de la Cruz con el apoyo y organización del Ayuntamiento de la ciudad, entre todos han ayudado a que se conocida y que al menos no se pierda.
Actualmente la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, ofrece a los centros públicos una información sobre estas fiestas para que aquellos que lo deseen la celebren. En muchos colegios realizan esta actividad en toda la isla de Tenerife, saliendo los alumnos por las calles próximas a los centros y animando a los vecinos a participar en tan singular fiesta.

Sin lugar a dudas, correr el cacharro se ha convertido en manifestación festiva más tradicional de las fiestas en honor a San Andrés. Además cabe destacar que le cacharro  se celebra cuando la tarde del 29 de noviembre toca su fin, ya que los pequeños y jóvenes  salen a las calles, para armar lo que podríamos catalogar con un verdadero escándalo el cual  que no deja indiferente ni a nativos ni foráneos. Una fiesta que comienza días antes a  la  víspera del día de  San Andrés, ya que hay que preparar el cacharro, así que todo el que quiera participar se pasa un periodo considerable de tiempo recopilando cacharros (latas, chapas de botellas, cualquier objeto en desuso que haga ruido), que luego enhebran en una verga y arrastran por todas las calles, armando una escandalera de Dios padre.

Gastronomía.   Como ya hemos dicho en Tenerife se abre la temporada de vino por San Andrés, por lo que es una fecha también muy señalada para bodegueros y vinicultores, ya que arranca la temporada de vino y además es tradicional degustar  junto al vino de temporada, las castañas ese fruto seco tan característico de esta época otoñal,  y sardinas u otro pescado salado.



Los Guachinches. Empiezan su actividad desde este día, es usual ver sobre todo en la zona norte de la isla de Tenerife estos peculiares establecimientos hosteleros ubicados en los garajes de las  casas, con el objetivo de vender el nuevo vino de la cosecha propia. Un periodo de apertura que se acabara cuando el vino elaborado se acabe. El vino se acompañaba de carne de fiesta, garbanzada, tollos, escaldón, etc… Una cultura la del Guachinche que cada vez cuesta más ver algún establecimiento con los rasgos diferenciadores de este tipo de locales, ya que se han convertido en auténticos restaurantes, donde ofrecen una carta con decenas de platos y bebidas. De hecho, su abundante número, y el hecho de que cada año abran nuevos establecimientos y cierren otros, han hecho imposible cualquier intento de censo.







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